Wilden.herbals se encuentra / Entrevista a Gastromario
A veces encontrarnos, tanto en la vida como en el amor, es un poco elegir. Gastromario es un lugar en Roma que nace, como nosotros en Wilden, de una serie de opciones: acoger y comprender al cliente, ofrecer materias primas de excelente calidad, contar una historia pero, sobre todo, sorprender.
Nos gusta pensar que, por esta serie de razones, nuestros caminos se han entrelazado: en su restaurante puedes encontrar nuestras infusiones y bebidas de hierbas, pero más aún una propuesta gastronómica en constante evolución que comienza desde el desayuno y finaliza en la cena.
Tuvimos una charla con uno de los 3 fundadores, Simone Romano (habitación y bodega) y nos contaron su historia.
¿Cómo surge el proyecto Gastromario?
Gastromario es un proyecto gastronómico que nació durante la pandemia del Covid. Volviendo de una serie de experiencias de alta cocina marcadas por la visión “comida=experiencia”, Valentina De Caro (pasteles y pan), Francesco D’agostino (cocina) y yo, decidimos abrir un local multifuncional inspirado en los bistrós parisinos.
La pandemia ha cambiado mucho nuestra visión, por eso empezamos a pensar en un lugar que funcionara en cualquier situación, incluso en una tan especialmente delicada e insegura. De aquí pasamos a la idea de un bistró francés con un laboratorio interno de panadería y pasta, ambos de primera necesidad, encerrados en un local con un saber hacer preciso pero con un precio democrático y accesible, similar al de una gama media.
Nuestro deseo era crear un lugar íntimo y acogedor para garantizar productos de calidad durante todo el día.
¿Cuál es tu filosofía?
Ponemos en primer lugar la acogida y escuchar lo que quiere el cliente. No tratamos de educar a la gente: creemos que a veces puede parecer una actitud presuntuosa. Preferimos sintonizarnos con las necesidades del cliente y satisfacerlas.
Aquí puedes encontrar café por 1 euro pero también una oferta más importante como un plato de carne, pescado y vegetariano o un postre clásico y a la francesa. Es una filosofía en constante evolución basada en la demanda.
¿Qué tipo de trabajo hacéis con las materias primas?
Hacemos una investigación muy cuidadosa y prudente: solo queremos productos sobre los que podamos contar una historia. Pueden ser de excelencia o trazables incluso en la gran distribución, en todo caso están dotados de un carácter y una identidad con algo que decir y trasladar al cliente.
¿Cómo es tu tarjeta: sufre cambios a menudo, siempre tienes platos fijos o algún plato icónico que te identifique?
El menú cambia aproximadamente cada tres semanas y se compone de 3 opciones por tipo de plato más los menús diarios. De cada tipo tenemos una propuesta vegetariana, una de carne y otra de pescado que van cambiando en rotación.
Hay algunos platos que se están convirtiendo en pilares y están muy demandados, pero tratamos de no apegarnos demasiado a ellos. Preferimos que funcionen tanto por una cuestión de estacionalidad como por un efecto de novedad para el cliente.
¿Cuál es el punto de conexión con Wilden?
Definitivamente creo que queremos contar una historia. Los dos tenemos una filosofía basada en la artesanía y el concepto de belleza: creemos firmemente en ello, ¡el mundo no seguiría sin un poco de belleza y carácter!
Wilden nos refleja mucho en esto y ha logrado llenar un vacío que teníamos antes de conocerte.
¿Qué significa ser saludable y salvaje?
En mi opinión significa ser consciente de elegir productos con una determinada filosofía y no tener límites mentales y preconceptos en probar cosas que no sabes. Hay que tener total libertad para reescribir las reglas, por ejemplo cenando con un té de hierbas de acompañamiento o, ¡¿por qué no?!, tomando un aperitivo con una kombucha y no con el habitual Spritz.